En una acción sumarísima fueron ejecutadas cinco personas entre las que se cuenta un menor de edad y el hermano de quien fuera señalado como “matapolicías” por las autoridades
municipales y con motivo del caso estén dos presuntos sicarios sujetos a investigación.
En el multihomicidio fueron abatidos quienes en vida llevaron los
nombres de Édgar Pérez Martínez, de 36 años de edad; Fernando Meléndez García, de 31; Hipólito Beltrán Ríos, de 53; Ulises Castrejón Beltrán de 13, y Daniel Alberto Cabrera Bengochea, de 27.
Éste último resultó ser fraterno de Omar Cabrera Bengochea, de 32 años, detenido por
agentes de la policía municipal el 5 de enero pasado e incurrir en una pifia al señalarlo como de suma “peligrosidad y escolta” del presunto narcotraficante Alfredo Arteaga González, alias “El Aquiles”.
Como posibles implicados en la masacre fueron capturados Teódulo Salas López, de 38 años e Imer Torres Cuevas, de 36, el primero tras perder en la escena del crimen una credencial de elector en la que se anotaba el domicilio en donde fue asegurado y el restante en las inmediaciones.
En torno a lo sucedido los oficiales de la patrulla 0818 refieren que a las 20:25 horas del sábado recibieron el
reporte de que varias personas estaban heridas por
impactos de bala en el inmueble que está en la calle
Magnolia, entre Jalisco y
Sinaloa, de la colonia 3 de Octubre, en la delegación La Presa.
Al arribar el sitio encontraron sin vida a las cinco personas a consecuencia de numerosos impactos de proyectiles de rifles de alto poder por lo que procedieron a entrevistar a los testigos, todos ellos familiares del finado Daniel Alberto Cabrera, cuyos nombres se reservan.
Relataron que departían en un convivio familiar y de pronto irrumpieron tres sujetos altos de estatura que portaban uniformes color negro del tipo militar y empuñaban fusiles, aparentemente, AR-15 calibre 223 y AK-47 conocidos como “cuerno de chivo”.
Con palabras altisonantes les ordenaron que se tiraran de cara al suelo en la estancia de la sala en donde dejaron en esa posición a cinco mujeres, en tanto que a los ajusticiados los levantaron y trasladaron a la cocina en donde fueron rafagueados y privados de la vida de forma inmisericorde.
Luego los criminales emprendieron la huida pero no sin antes advertirles a las mujeres que no salieran de la vivienda o en caso contrario las matarían, por lo que minutos después notificaron lo sucedido a la central de emergencias y acudir las autoridades municipales y estatales.
Al efectuar una inspección en el sitio los uniformados encontraron tirada en el piso una credencial de elector a nombre de Teódulo Salas, por lo que de inmediato acudieron al domicilio que aparecía y en donde luego lo apresaron pero no se aportan mayores detalles al respecto.
Por su lado, Imer Torres fue atrapado en las cercanías tras implantarse un operativo en busca de los criminales y según indican los municipales debido a que las ropas que vestía en el momento coincidían con las descritas por los testigos presenciales.
Cabe resaltar que la ejecución masiva se registró precisamente en la residencia de los familiares de Omar Cabrera arrestado junto con Alan Rodolfo García Ortiz y Felipe Soto Figueroa y en el momento incautarle un fusil conocido como “cuerno de chivo” y una pistola escuadra calibre 9 milímetros.
Tras la detención las autoridades municipales con “bombo y platillo” lo exhibieron ante la opinión pública como un expolicía municipal integrante del crimen organizado y haber participado en secuestros,
ejecuciones de uniformados y participar en balaceras durante los años 2008 y 2009.
Además de estar involucrado en el ataque armado a la comandancia de policía de la delegación Centenario, la agresión a un jefe policíaco y en el enfrentamiento armado en el “Cañaveral” entre la banda de Teodoro García Simental, alias “El Tres Letras”, y la de Fernando Sánchez Arellano “El Ingeniero”.
Incluso se llegó al extremo de que “debido a su peligrosidad” fueron cerradas a la circulación las calles de la delegación de la Procuraduría General de la República por elementos de la Policía Estatal Preventiva y del Ejército mexicano.
Finalmente todo culminó en un protagonismo por parte de las autoridades municipales, ya que tanto la dependencia
federal, como la Procuraduría General de Justicia, informaron oficialmente que dicho sujeto no contaba con ningún acta de averiguación previa por delito alguno.
Cuestión por la que sólo se le ejercitó la acción penal por la posible comisión del delito de violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y recluirlo en la Penitenciaría del Estado a disposición del titular del Juzgado Séptimo de Distrito.