lunes, 26 de noviembre de 2012

yonarco.com-Deja sexenio de Calderón más de 10 mil 500 ejecutados aquí.



Con un saldo nada favorecedor para Juárez concluye el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, un sexenio en el que esta comunidad se convirtió en epicentro del dolor en el país.
En estos seis años, la espiral de la muerte alcanzó aquí niveles nunca vistos y cobró la vida de 10 mil 531 personas –del 1 de diciembre de 2006 al 25 de noviembre de 2012–; peor aún, la gran mayoría de los homicidios se quedan sin resolver y miles de víctimas sin atención.
Ese es el saldo de las batallas libradas en la calle entre los distintos grupos de narcotraficantes y de la guerra contra el narcotráfico que inició Calderón en el país el 11 de diciembre de 2006 en su tierra, Michoacán, pero que poco más de un año después trasladó a Ciudad Juárez con el despliegue masivo de militares en el comienzo y, luego, de agentes de la Policía Federal.
‘Vivió Ciudad Juárez 5 años de violencia sin precedentes’
Esta frontera se convirtió así en el laboratorio nacional de “la lucha por la seguridad pública”, con la instrumentación de acciones para disminuir la violencia, mejorar la calidad de vida de los juarenses e impulsar la reconstrucción del tejido social, como el “Operativo Conjunto Chihuahua”, “Operación Coordinada Chihuahua” y “Todos Somos Juárez”.
Las consecuencias de esas circunstancias se tradujeron en el cierre masivo de negocios, desempleo en niveles no vistos en la historia reciente de esta comunidad, y en el éxodo de miles de personas, así como en un grave repunte de delitos como el secuestro y la extorsión.
Para los juarenses entrevistados, pese a la intervención federal y la inversión de más de 5 mil millones de pesos en “Todos Somos Juárez”, no se solucionado de fondo los problema del narcotráfico, la inseguridad y el deterioro social. Además quedan como grandes pendientes: la depuración y limpieza de las Policías y la desarticulación financiera del crimen organizado.
“Han sido años complejos, venimos de un tiempo muy violento que trastocó a miles de familias y dejó a miles de huérfanos”, dice José Luis Flores, coordinador del Consejo Ciudadano.
Las acciones impulsadas, en conjunto con los gobiernos federal, estatal y municipal así como representantes de algunos grupos de la sociedad civil, comenzaron a reportar avances en materia de seguridad y de infraestructura en los últimos meses. Sin embargo, representantes de diversos sectores locales advierten que aún no comienza “la batalla” por la estabilidad económica, un pendiente que consideran pone en riesgo “el rescate” de Juárez.
Pese a la reducción de delitos de alto impacto –homicidios, secuestros, extorsiónes– y celebración de la detención de algunos de los principales responsables de la violencia, los juarenses consultados reclaman al “presidente del empleo” la falta de plazas de trabajo, el crecimiento de la pobreza y que haya dejado sin respuesta la propuesta de un esquema de excepción fiscal.
Reclaman también que no haya logrado remediar el problema del narcotráfico y de la inseguridad.
“No es posible que no se haya hecho ninguna detención o aseguramiento de bienes por lavado de dinero para marcar una pauta coherente con esta lucha contra el crimen organizado”, dice Arturo Valenzuela, coordinador de la Mesa de Seguridad, quien pese a considerar que hay un saldo positivo tras la intervención federal en esta localidad, señala que hay los grandes pendientes.
Entre ellos, menciona, precisamente el combate al lavado de dinero, así como cuerpos de seguridad confiables ante la ciudadanía, debido a que la depuración policiaca es un asunto no concretado.
“Toda gestión pública siempre tiene sus luces y sombras”, afirma Rafael Hernández, coordinador del Consejo Ciudadano de Educación, quien advierte que el impacto del trabajo realizado por este sexenio, sobre todo en el terreno social, se palpará a mediado o largo plazo.
Tal es el balance que hacen diversos sectores de Ciudad Juárez sobre la gestión de Calderón Hinojosa en materia de economía, desarrollo social y combate a la inseguridad, en el ocaso de su gobierno.
Mucho dinero… y logros en entredicho
Durante la coyuntura crítica de la criminalidad y forzado por la masacre de 15 personas en Villas de Salvárcar, así como por el reclamo de las consecuencias de su guerra que le hizo en un acto público la madre de dos de los asesinados, Luz María Dávila, Felipe Calderón apresuró la implementación del programa “Todos Somos Juárez. Reconstruyamos la Ciudad”.
Una estrategia de seguridad que se complementó con acciones de intervención social en materia de salud, economía, educación, deporte y cultura, con la cual se “sepultó” al “Operativo Conjunto Chihuahua”, a la “Operación Coordinada Chihuahua”, se sacó a los más de 7 mil militares del patrullaje de las calles de la ciudad y se les sustituyó con hasta 5 mil agentes de la Policía Federal, así como se anunció una inversión económica sin precedentes para esta localidad.
En el lanzamiento del “Todos Somos Juárez”, en febrero de 2010, se informó que la inversión del Gobierno federal sería de más de 3 mil 383 millones de pesos, pero luego en febrero de este año, el presidente dijo que en Juárez se invirtieron más 5 mil millones de pesos.
A la fecha ni Calderón ni su representante en Juárez, Abelardo Escobar Prieto han ofrecido un informe detallado sobre cómo se hizo la distribución de esos recursos. Se buscó a este último, pero no respondió a la solicitud de entrevista.
Las respuestas a los cuestionamientos de cuánto se gastó en cada obra y cuánto se canalizó a los programas de apoyos entregados directamente a empresas o grupos ciudadanos no han tenido respuesta ni por solicitudes de información, hechas a través del mecanismo de aplicación de la Ley de Transparencia, a las dependencias encargadas de su ejecución.
En su última visita a la ciudad, en febrero pasado, Calderón Hinojosa sólo informó de manera general que con los recursos invertidos se generaron espacios de convivencia, construyeron bibliotecas, como la que inauguró en Villas de Salvárcar, y además se rescataron espacios públicos, convirtiéndolos en canchas deportivas, plazas, áreas de juegos infantiles y foros para expresiones artísticas.
También enumeró algunos de los resultados de las acciones instrumentadas, como apoyo a pequeñas y medianas empresas por cerca de 835 millones de pesos, la regularización de 41 mil vehículos “chuecos”, la entrega de 10 mil 200 becas de capacitación a desempleados.
Dijo asimismo que se puso en marcha el Hospital Infantil de Ciudad Juárez y se concluyó el Centro Integral de Atención a la Salud Mental –aunque éste aún se mantiene cerrado– y se fortaleció el Hospital General, así como el de la Mujer, pero los proyectos para éste último no se concretaron.
Sobre las acciones en Educación enumeró el mejoramiento de infraestructura en 205 planteles de educación básica y construcción de dos nuevas secundarias, se crearon cuatro planteles de preparatoria y se afiliaron 21 mil 808 familias a través del Programa Oportunidades.
“Se hizo una inversión económica que no se puede desestimar, ni el Estado ni el Municipio habrían podido invertir juntos esa cantidad en un periodo similar”, afirma Rafael Hernández, quien también encabeza Alianzas Educativas, organización que impulsó unas de las acciones consideradas como exitosas de la estrategia, que se ha enfocado a rescatar de la deserción escolar a más de mil 200 adolescentes.
Pero José Luis Flores, del Consejo Ciudadano, afirma que “si bien es cierto que se dio una inversión inédita, se nota poco en la ciudad porque en las calles todavía se aprecia un gran rezago social”.
“Se habla mucho de Todos Somos Juárez, que se le metió mucho dinero a la ciudad, pero los ciudadanos en general no perciben los beneficios de eso, sólo unos cuanto”, afirma.
Pero también, agrega, porque no dicen en qué condiciones buscan satisfacer las necesidades de la población, por ejemplo, mencionan cobertura total de Seguro Popular, pero no dicen que las personas deben levantarse a las 4 de la mañana para hacer fila por una cita en un hospital, que deben esperar horas para que sean atendidos o que no hay médicos para todos.
Aunque concede que esa problemática se arrastra desde hace 40 años por el olvido que se tuvo a la ciudad en sexenios previos a los de Calderón y gestiones estatales, afirma que por esa situación se da la impresión de que las cosas sólo funciona para unos cuantos.
Pero además de la invisibilidad que provoca los rezagos sobre obras concretadas en los últimos dos años y nueve meses, el Gobierno del Estado dio a conocer hace unos días que la administración federal dejó pendiente una inversión de casi mil 121 millones de pesos en proyectos de infraestructura de salud prometidos en la estrategia “Todos Somos Juárez”.
De esa cantidad, 835 millones 502 mil 695 pesos estaban proyectados para la construcción del Hospital General de Especialidades y más de 15 millones que estaban destinados para dos unidades de Atención al Sobrepeso, Riesgo Cardiovascular y Diabetes Mellitus, precisó.
A esos se suman 160 millones de pesos esperados para la ampliación del Hospital de la Mujer y 110 millones para la remodelación de ese mismo nosocomio, de acuerdo con información de Salud estatal.
Otra acción cuestionada es la operación de uno de los planteles de preparatoria que está en la incertidumbre porque se construyó en un terreno en litigio y ahora es reclamado por su dueño.
“Todo lo que se pueda criticar a la estrategia”, dice Valenzuela, “y en específico a algunas decisiones del Gobierno federal, es de reconocer que nunca antes, en ningún sexenio, se tuvo tanta atención, tanta inversión y presencia del presidente en Juárez”.
Desde febrero de 2010, Calderón visitó en ocho ocasiones Ciudad Juárez, incluso dos veces pernoctó aquí, lo cual contrastó con la atención que recibió Juárez durante la primera mitad de su administración.
Pero, pese a la consideración que se tuvo con la comunidad en el último tramo de este sexenio, la administración federal también falló en el cumplimiento de su Plan Nacional de Infraestructura.
De una revisión a los proyectos anunciados se desprende que se dejaron en el tintero las obras que se supone formaban parte de una serie de medidas contracíclicas que buscaban impactar en la reactivación económica de la región, como: el libramiento ferroviario, el puente internacional Guadalupe-Tornillo y la construcción de cinco puentes a desnivel sobre las vías del tren que dividen a la ciudad en dos.
Menos delitos, sin mejoría económica
Con la atención centrada en Michoacán desde su inicio, la administración de Calderón volteó a Ciudad Juárez hasta febrero de 2008 obligada por la espiral de muerte.
Un seguimiento periodístico con base en los reportes oficiales de la Fiscalía General de Justicia –antes Procuraduría estatal–, revela que del 1 de diciembre de 2006 al 25 de noviembre de 2012, en la región se tienen registrados 10 mil 531 homicidios dolosos. La espiral de violencia se desató los últimos dos meses de 2007, pero se recrudeció en 2008, cuando se alcanzaron mil 607 asesinatos.
Esa cifra se elevó el año siguiente para alcanzar los 2 mil 657 homicidios pese a las acciones implementadas a través del Operativo Conjunto Chihuahua, por lo que a la vuelta de unos meses se trasformó en Operación Coordinada Chihuahua aun cuando la violencia siguió imparable y para 2010 el número de víctimas del combate en medio de la guerra contra el narcotráfico ascendió a 3 mil 155, de acuerdo con datos oficiales.
Fue hasta mayo de 2011 cuando las autoridades comienzan a reportan una disminución en este delito, que ese año cerró con 2 mil 86 asesinatos.
“Nunca imaginamos que íbamos a vivir esta experiencia de guerra, vivimos en una ciudad prácticamente sitiada por militares, federales y narcotraficantes, eso se nos va a quedar en la memoria”, afirma Leticia Chavarría, representante de la Red Ciudadana y de la comunidad médica.
Ante la disminución en los últimos meses de homicidios y la reducción de otras fechorías como secuestros y extorsiones, los funcionarios de los tres niveles de gobierno hablan de Juárez como modelo de ciudad que más pronto logró superar una crisis de violencia y actualmente se mantiene en otros países una campaña de promoción de la estrategia seguida aquí.
“Los gobiernos hablan de su verdad”, afirma José Luis Flores, “pero no hablan de los miles de expedientes que mantienen (sin resolver) en sus instancias de procuración de justicia, no hablan de por qué los ciudadanos no recurren a los cuerpos policiacos ni para denunciar sus robos en la calles, sus casas o abusos que sufren en manos de los agentes encargados de imponer el orden”.
Alfonso Arenaza, economista y consultor en materia laboral, afirma que pese a que esta guerra parece haber quedado atrás, la batalla por el rescate de esta comunidad fronteriza está por comenzar.
La deuda es la recuperación del empleo perdido por el cierre de empresas en este periodo –que se estima asciende a 10 mil 600 negocios de todos los giros y tamaños–, aunque precisa que además de la inseguridad en este rubro la ciudad también se vio impactada por otro factor, que es la crisis económica.
“Es algo de lo que aún no nos reponemos”, afirma.
Cifras del IMSS muestran que en este sexenio del presidente “del empleo” en Juárez se perdieron 92 mil plazas laborales y aunque se han generado nuevas fuentes, el reto aún es recuperar 36 mil 824.
Para aliviar la situación, empresarios y los gobiernos estatal y local plantearon al mandatario la necesidad de establecer un esquema fiscal especial para la región.
Pero aun cuando este planteamiento se le ha realizado “en corto” y en público a Calderón en todas sus visitas a la ciudad, siempre ha esquivado el tema, algunas veces con el silencio y otras limitándose a decir que analizará o estudiará la solicitud.
Así, en el ocaso de este sexenio Calderón y su gestión están bajo el ojo ciudadano.
“No vemos todavía claro el objetivo de esta guerra que nos dejó tanto dolor”, afirma Chavarría, “sobre todo porque no vemos que hay una mejor vida para todos”.
Valenzuela dice que quizá hubo errores, abusos y omisiones, pero el saldo es positivo. En esto coincide Rafael Hernández, quien sostiene que los frutos de esta estrategia contra la inseguridad se verán más adelante.
En su análisis José Luis Flores afirma: “Una casa en condiciones de abandono no se subsana sólo con arreglos en la fachada, hay que ir a remozar los cimientos, porque siempre estará latente el riesgo de que se pueda caer”.

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