En chihuahua continúan los casos de mujeres inocentes asesinadas a manos del crimen organizado y víctimas de la impunidad por parte de las autoridades estatales.
La presidenta de la asociación Justicia para Nuestras Hijas, Norma Ledezma Ortega, advirtió sobre delitos de género en el estado, pues desde octubre de 2011, ha denunciado que grupos delictivos asentados en la Sierra han creado campos de concentración donde reclutan a mujeres de aquella región para abusar sexualmente de ellas.
De acuerdo con el semanario Proceso, la activista explicó que las oportunidades laborales y estudiantiles en la Sierra son pocas, “llegan los narcos hasta los pueblos por alimentos, las ven en las plazas, en las calles y se las llevan porque ellos están aislados generalmente”.
Ledezma Ortega recordó el homicidio, hace dos semanas, de cuatro mujeres profesionistas en la Sierra Tarahumara y condenó que el caso sea ligado a robo de vehículo.
“Es una estupidez que digan que se trató de un robo cuando las mujeres fueron torturadas y las encontraron con el tiro de gracia, lo que sólo habla de la posición y el control que tienen los cárteles en la sierra y la colusión de algunas autoridades”, dijo.
Abundó que el año pasado se registró el caso de dos hermanas que fueron privadas de la libertad y luego asesinadas, el cual no puede quedar aislado de lo que sucede actualmente en la sierra.
Se trata de Nancy y Daisy Caraveo, quienes tenían 20 y 26 años cuando fueron victimadas, en agosto de 2011. Eran originarias de Bahuichivo y las encontraron en una narcofosa en el municipio de Bocoyna.
Ledezma hizo un llamado a las familias a acudir a la ciudad para poner un reporte, pero indicó que también se requiere una alerta de género que las autoridades no han activado, con el argumento de que matan por igual a hombres que a mujeres, sin reconocer que la vulnerabilidad en aquella región es mayor para ellas.
La propuesta de la activista desde el año pasado es apoyar a las familias que tengan hijas desaparecidas para que puedan encontrarlas, porque en muchas ocasiones no saben dónde están y se resignan a que “se casó” o a que “se fue por su voluntad”, pero el crimen organizado es una realidad que acecha a las mujeres, enfatizó.
Por su parte, el sacerdote Javier El Pato Ávila señaló que el asesinato de las cuatro mujeres ha generado un fuerte malestar entre los pobladores de la sierra, y hasta ahora no han sido dados a conocer ni el móvil ni los responsables.
Subrayó que el reclamo a las autoridades, de nuevo, es la impunidad, porque sólo se dedican a decir que la violencia ha bajado cuando no es cierto.
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