La
relación de México con Washington es tensa, ante el riesgo de que
California pierda su única maquiladora de energía en la Costa Oeste y la
distribución del gas natural en el País
MÉXICO, D.F.- En las relaciones bilaterales de México con EU, el litigio
por el terreno donde la empresa Sempra tiene su planta en Ensenada,
Baja California, es el problema más grave entre las dos naciones. Para
EU, Sempra, que abastece gas natural a toda la costa oeste de ese País,
que incluye a California, la octava economía del mundo, es un asunto de
Seguridad Nacional, por lo que tienen bajo investigación a José Susumo
Azano, a quien ven como factor de ese riesgo.
Azano Matsura, empresario originario de Guadalajara, fue proveedor de
gobiernos panistas de la mano de Francisco Ramírez Acuña, a quien
conocía de sus tiempos como gobernador de Jalisco, donde un primo de él,
Abraham González, colaboró con él y prestó el rancho donde Felipe
Calderón anunció su deseo de buscar su candidatura presidencial.
En 12 años, Azano se convirtió en el principal proveedor de equipo de
comunicación y espionaje de la Sedena, a la que le construyó un comando
de inteligencia en el Campo Militar Número Uno, similar a Plataforma
México. Las ventas de esos equipos fueron enmarcadas en actos de
corrupción por funcionarios del gobierno de EU en una investigación que
publicó el diario The New York Times sobre el general Moisés García
Ochoa, quien era en ese entonces el director de Administración que
firmaba esas adquisiciones.
Azano Matsura no fue mencionado en la investigación, pero fue él
quien vendió esos equipos. Su papel central en el caso de Sempra es
porque financia a Ramón Eugenio Sánchez Ritchie, quien alega que una
parte de los terrenos donde la principal empresa de gas natural de EU y
abastecedora del noroeste de México de la CFE construyó su planta en
Ensenada, son de él.
Los recursos que inyecta y las conexiones políticas que mueve el
empresario en México y EUdespertaron la preocupación en Washington por
la dualidad de buscar que Sempra parara sus operaciones en Ensenada y de
mantener amplias relaciones con países del Medio Oriente.
El nombre de Azano ue mencionado por primera vez a los mexicanos el año pasado.
Por un lado, al expresidente Calderón en sus reuniones privadas con
Barack Obama, quien había sido alertado por la secretaria de Estado,
Hillary Clinton, de los riesgos en que se encontraba la economía de la
costa oeste y la empresa estadounidense por los recursos que había
inyectado Azano.
Por el otro, durante la campaña presidencial, varios miembros del
equipo de Peña Nieto fueron informados de que el empresario se había
convertido en un riesgo para las relaciones bilaterales y que el caso de
Sempra era un asunto de seguridad nacional.
El propio Calderón, en la reunión de su gabinete con el equipo de
transición en Los Pinos, colocó a Sempra en el lugar número uno del mapa
de riesgos.
Instalación estratégica
De acuerdo con fuentes de alto nivel consultadas, así como cientos de
documentos confidenciales de Sempra, los gobiernos de México y EU, la
empresa con sede en San Diego se ha dedicado a desarrollar un proyecto
de suministro de gas natural que está considerado como de seguridad
nacional por el gobierno de Obama.
EU tiene cuatro terminales de gas natural, todas construidas en los
70 y en la Costa Este. En los últimos años muchas empresas han intentado
abrir una regasificadora en la Costa Oeste, entre California y Seattle,
para controlar precios de la energía y asegurar el suministro.
En Eureka y Vallejo, Long Beach y Oxnard, las comunidades han
rechazado la instalación de una importadora y regasificadora, ante los
daños al ambiente y los peligros que representan.
“Con GNL (el gas natural licuado) tienes que llegar a una línea
costera, y en las populosas áreas en donde el gas se necesita, no tienen
áreas costeras disponibles para desarrollar”, dijo Darcel Hulse en
diciembre de 2005 al San Francisco Chronicle.
Hulse, quien en ese entonces fungía como presidente y CEO de Sempra
LNG (se retiró en junio de 2012), aseguró que les encantaría construir
una planta en la bahía de San Diego o en Los Ángeles, pero los permisos
difícilmente se los otorgarían. “Gracias a Dios que México nos permitió
hacerlo”, dijo.
La calificadora Moody’s recuerda que desde que Sempra Energy
estableció su presencia en el país en 1995, ha incrementado operaciones y
se ha convertido en el operador privado más grande de gasoductos, el
operador más grande de terminales de gas natural licuado, la quinta
compañía más grande de distribución local, y el quinto operador privado
más grande de plantas de generación de energía eléctrica en México.
El objetivo de la empresa es controlar el abastecimiento de gas natural en todo México, dicen fuentes cercanas a Azano Matsura.
Ubicada a 23 kilómetros al norte de Ensenada, Baja California, la
terminal Costa Azul tiene la capacidad de suministrar mil millones de
pies cúbicos de gas natural por día, que puede mandar a California por
sus ductos, y muy pronto hasta la Ciudad de México.
De acuerdo con fuentes cercanas al empresario nacido en Guadalajara,
durante los últimos días del gobierno de Felipe Calderón, el entonces
secretario de Energía, Jordy Herrera, ordenó a la Comisión Federal de
Electricidad (CFE) que otorgaran por conducto de Víctor Cienfuegos
Jiménez, jefe de procesos de licitación y enlace administrativo de la
subdirección de contratación de proyectos de inversión financiada, tres
licitaciones para construcción, financiamiento y operación concesionada
de los gaseoductos que conectarán Baja California con Sonora y Sinaloa.
Este proyecto llega hasta el Distrito Federal, entrando por Querétaro.
Hay públicamente poca información del destino de la energía, la
ubicación de los ductos y los permisos emitidos por las autoridades
mexicanas. Pero en medio del pleito, poco a poco han salido a la luz
detalles que han incomodado a los directivos de la firma, y a los socios
y familiares de Azano Matsura.
Acusaciones
El trabajo de Azano para ayudar a Eugenio Sánchez a recuperar el
terreno de 100 hectáreas que ocupa la planta ha desatado una intensa
batalla legal en México y EU.
El caso genera desvelos en la Casa Blanca y Los Pinos.
El empresario demandó a la empresa en la Corte Federal en el sur de
California, que en la última semana entró en un proceso de mediación
para buscar un arreglo.
El pleito ha sido intenso e inclusive sucio, con acusaciones cruzadas de corrupción en México y EU
La preocupación
Detrás de un asunto de tenencia de tierra se podría paralizar parte del noroeste norteamericano.
El antecedente es en febrero de 2011, Azano logró que el entonces
presidente municipal de Ensenada, Enrique Pelayo Torres, movilizara a la
policía para que cerraran la planta.
La operación de Energía Costa Azul no duró mucho tiempo detenida,
porque el entonces director de la CFE, Alfredo Elías, pidió al
presidente Calderón que se reabriera la planta porque de otra manera
afectaría el abasto del noroeste del País.
El entonces secretario de Gobernación, el bajacaliforniano José Francisco Blake, ordenó la reapertura de la planta.
La suspensión de trabajos no ocasionó daños ni en Baja California ni
en el sur de California, pero le acción no pasó desapercibida y Azano se
convirtió en un objetivo del Departamento de Seguridad Territorial
(DHS), que inició una investigación sobre él.