Los cálculos de Chuytoño
El jefe de las policías en Sinaloa, que tiene en sus manos aunque todavía sin formalizar el Mando Único, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, mira distinto las cosas. Niega que los grupos delictivos tengan el contro.l de Sinaloa. Incluso presume que en poder de fuego los cuerpos de seguridad se han puesto a la par con los criminales.
Reconoce que la zona norte se mantiene en conflicto, “es un foco no tan rojo como antes”, pero aventura que de un momento a otro se va a controlar, como se ha tomado el control, dice, de Mazatlán y Navolato.
Y subestima la ofensiva criminal. “Estamos mejor ya nosotros porque somos policías entrenados y capacitados para combatir a la delincuencia y ellos son una bola de drogadictos que les dan armas y drogas para vivir fuera de la ley y querer amedrentar a la policía, pero eso pasaba antes, hoy ya no”.
La supremacía que según Chuytoño tiene la policía sobre la delincuencia la atribuye a la coordinación entre las corporaciones policiales, “que antes no existía”, así como al trabajo conjunto con el Ejército, la Marina y la PGR.
“Eso nos ha dado la oportunidad de avanzar más y prueba de ello es que en la detenciones que hacemos es más rápida la investigación y podemos capturar a los responsables. Eso nos ha valido para que esa coordinación sea fuerte y poder atacar a la delincuencia tanto organizada como del fuero común”, agrega.
Destaca que en Mazatlán se logró detener o abatir en operativos a personas o grupos que se dedicaban a secuestrar empresarios o alterar el orden público, hasta hacerlo uno de los destinos turísticos más tranquilos”.
En Culiacán, Chuytoño niega que exista descuido por parte de la policía. Al contrario, apunta, ha bajado el delito de robo de vehículos en un 28 por ciento, “pero vamos a seguir trabajado para controlar ese problema y se lleva a cabo una reingeniería para acudir más rápido a los llamados de auxilio de la ciudadanía”.
“En la zona norte, a como estaba Los Mochis, a diario había muchos problemas, pero han sido detenidos o muertos en enfrentamientos con policías delincuentes como Geovani Lizárraga, El Cien, El Rojo, El Kavir y otros, lo que permitido reducir importantemente el robo de vehículos, robo al comercio, extorsión y secuestro. Ahí se controló pero sigue habiendo un foquito importante que vienen siendo Sinaloa de Leyva y Guasave, por el narcomenudeo, y parte de Ahome y San Blas, en El Fuerte. En esa ruta seguimos metiendo más operativos”.
Dice que la policía tomará el control del norte, porque esa es la instrucción que tiene. “Ha sido difícil porque estaba muy suelta esa zona, había mucha gente que estaba acostumbrada a vivir del delito. Toda la zona de Higueras de Zaragoza, El Carrizo, Villas de Ahome, Los Mochis estaba muy congestionada por ese tipo de delincuencia que era el narcomenudeo, robo de vehículos y la extorsión”.
Agrega que la Policía Ministerial se ha vuelto una institución confiable. “El el gobernador se ha preocupado por darles mejores condiciones de vida. Tienen mejores salarios, más viáticos, mejor equipamiento, mejor armamento, tenemos los Tiger, helicópteros, armas sofisticadas, el 7.62 por 51 que es un arma que tiene más poder que el cuerno de chivo, dos Barret que la Sedena nos ha proporcionado. El poder de fuego de los delincuentes estaba de ese tamaño. Ya nos pusimos a la par”.
Y se compromete: “vamos a mantener los índices delictivos a la mínima expresión para que la ciudadanía siga confiando en nosotros. Vamos a conseguir que la gente viva tranquila. El bien va a triunfar sobre el mal. Los del mal no son muchos; lo malo es que se deje que cometan delitos y no se les combata, por eso crece”.
Resurgen gavilleros
Considerado como un fenómeno delictivo que se disimula tras el brutal choque de las bandas del narcotráfico, las gavillas han emergido en la región montañosa de Sinaloa de manera no menos feroz. Conforme a la ubicación que la Procuraduría local hace de este tipo de delictividad, afectan los municipios de Choix, Sinaloa, Cosalá, San Ignacio, Concordia y El Rosario.
Con dificultades para clasificar a este tipo de delincuencia, debido a que detecta la participación de grupos armados de células del narcotráfico, en Choix alerta sobre la fuerte actividad de la gavilla que encabezan los hermanos Benito y Vicente Portillo Gil, que entra desde Chihuahua para pelear por terrenos y agua para el cultivo de mariguana y amapola.
En Sinaloa de Leyva, el grupo identificado como “Los Laurillos” mantiene acción criminal tomando pueblos, incendiado casas, asesinando a pobladores y asaltando en los caminos alteños, a pesar de que integrantes de ese núcleo delincuencial, operando supuestamente para el Chapo Isidro Meza, han sido aprehendidos recientemente.
En Cosalá, la PGJE detecta al bloque facineroso que dirige Ramón Gallardo Campista el Gato, mismo que se especializa en secuestro, extorsión y asaltos con lo cual se financia desde mediados de la década pasada.
A una gavilla que no identifica por nombre ni por cabecilla, que tiene su centro delictivo en San Ignacio, con alcances a los municipios de Cosalá y Concordia, le atribuyen las autoridades estatales al menos seis secuestros, cinco homicidios e innumerables asaltos y robos. La integran al menos 300 hombres armados.
El municipio más golpeado por las gavillas es Concordia. No se sabe con precisión cuántos grupos delictivos de este tipo funcionan pero uno solo de ellos, identificada como la gavilla de Pueblo Nuevo, ha sembrado el terror en la serranía sur. Cuenta con gente en varias poblaciones tales como La Petaca y Platanar de los Ontiveros, con presencia esporádica en los altos de Mazatlán, San Ignacio y Cosalá.
En El Rosario, en una mezcla de sicarios del narcotráfico y gavilleros consuetudinarios, otro grupo armado —en que participan Zetas y Nayaritas— esparce el terror entre los habitantes y los toma como rehenes para que participen en acciones delictivas. Se le fichó como un escuadrón de ejecuciones que cuida la zona para los Beltrán Leyva y su centro de actividad criminal está en el área circundante a la comunidad La Rastra.
Como en los setentas y ochentas que dominaron la sierra sinaloense, desde Escuinapa hasta Choix, las gavillas tienden a reaparecer en el mapa criminal de Sinaloa aunque con actividad criminal más intensa a la que mostraban hace más de dos décadas, destaca la Procuraduría de Sinaloa.
El jefe de las policías en Sinaloa, que tiene en sus manos aunque todavía sin formalizar el Mando Único, Jesús Antonio Aguilar Íñiguez, mira distinto las cosas. Niega que los grupos delictivos tengan el contro.l de Sinaloa. Incluso presume que en poder de fuego los cuerpos de seguridad se han puesto a la par con los criminales.
Reconoce que la zona norte se mantiene en conflicto, “es un foco no tan rojo como antes”, pero aventura que de un momento a otro se va a controlar, como se ha tomado el control, dice, de Mazatlán y Navolato.
Y subestima la ofensiva criminal. “Estamos mejor ya nosotros porque somos policías entrenados y capacitados para combatir a la delincuencia y ellos son una bola de drogadictos que les dan armas y drogas para vivir fuera de la ley y querer amedrentar a la policía, pero eso pasaba antes, hoy ya no”.
La supremacía que según Chuytoño tiene la policía sobre la delincuencia la atribuye a la coordinación entre las corporaciones policiales, “que antes no existía”, así como al trabajo conjunto con el Ejército, la Marina y la PGR.
“Eso nos ha dado la oportunidad de avanzar más y prueba de ello es que en la detenciones que hacemos es más rápida la investigación y podemos capturar a los responsables. Eso nos ha valido para que esa coordinación sea fuerte y poder atacar a la delincuencia tanto organizada como del fuero común”, agrega.
Destaca que en Mazatlán se logró detener o abatir en operativos a personas o grupos que se dedicaban a secuestrar empresarios o alterar el orden público, hasta hacerlo uno de los destinos turísticos más tranquilos”.
En Culiacán, Chuytoño niega que exista descuido por parte de la policía. Al contrario, apunta, ha bajado el delito de robo de vehículos en un 28 por ciento, “pero vamos a seguir trabajado para controlar ese problema y se lleva a cabo una reingeniería para acudir más rápido a los llamados de auxilio de la ciudadanía”.
“En la zona norte, a como estaba Los Mochis, a diario había muchos problemas, pero han sido detenidos o muertos en enfrentamientos con policías delincuentes como Geovani Lizárraga, El Cien, El Rojo, El Kavir y otros, lo que permitido reducir importantemente el robo de vehículos, robo al comercio, extorsión y secuestro. Ahí se controló pero sigue habiendo un foquito importante que vienen siendo Sinaloa de Leyva y Guasave, por el narcomenudeo, y parte de Ahome y San Blas, en El Fuerte. En esa ruta seguimos metiendo más operativos”.
Dice que la policía tomará el control del norte, porque esa es la instrucción que tiene. “Ha sido difícil porque estaba muy suelta esa zona, había mucha gente que estaba acostumbrada a vivir del delito. Toda la zona de Higueras de Zaragoza, El Carrizo, Villas de Ahome, Los Mochis estaba muy congestionada por ese tipo de delincuencia que era el narcomenudeo, robo de vehículos y la extorsión”.
Agrega que la Policía Ministerial se ha vuelto una institución confiable. “El el gobernador se ha preocupado por darles mejores condiciones de vida. Tienen mejores salarios, más viáticos, mejor equipamiento, mejor armamento, tenemos los Tiger, helicópteros, armas sofisticadas, el 7.62 por 51 que es un arma que tiene más poder que el cuerno de chivo, dos Barret que la Sedena nos ha proporcionado. El poder de fuego de los delincuentes estaba de ese tamaño. Ya nos pusimos a la par”.
Y se compromete: “vamos a mantener los índices delictivos a la mínima expresión para que la ciudadanía siga confiando en nosotros. Vamos a conseguir que la gente viva tranquila. El bien va a triunfar sobre el mal. Los del mal no son muchos; lo malo es que se deje que cometan delitos y no se les combata, por eso crece”.
Resurgen gavilleros
Considerado como un fenómeno delictivo que se disimula tras el brutal choque de las bandas del narcotráfico, las gavillas han emergido en la región montañosa de Sinaloa de manera no menos feroz. Conforme a la ubicación que la Procuraduría local hace de este tipo de delictividad, afectan los municipios de Choix, Sinaloa, Cosalá, San Ignacio, Concordia y El Rosario.
Con dificultades para clasificar a este tipo de delincuencia, debido a que detecta la participación de grupos armados de células del narcotráfico, en Choix alerta sobre la fuerte actividad de la gavilla que encabezan los hermanos Benito y Vicente Portillo Gil, que entra desde Chihuahua para pelear por terrenos y agua para el cultivo de mariguana y amapola.
En Sinaloa de Leyva, el grupo identificado como “Los Laurillos” mantiene acción criminal tomando pueblos, incendiado casas, asesinando a pobladores y asaltando en los caminos alteños, a pesar de que integrantes de ese núcleo delincuencial, operando supuestamente para el Chapo Isidro Meza, han sido aprehendidos recientemente.
En Cosalá, la PGJE detecta al bloque facineroso que dirige Ramón Gallardo Campista el Gato, mismo que se especializa en secuestro, extorsión y asaltos con lo cual se financia desde mediados de la década pasada.
A una gavilla que no identifica por nombre ni por cabecilla, que tiene su centro delictivo en San Ignacio, con alcances a los municipios de Cosalá y Concordia, le atribuyen las autoridades estatales al menos seis secuestros, cinco homicidios e innumerables asaltos y robos. La integran al menos 300 hombres armados.
El municipio más golpeado por las gavillas es Concordia. No se sabe con precisión cuántos grupos delictivos de este tipo funcionan pero uno solo de ellos, identificada como la gavilla de Pueblo Nuevo, ha sembrado el terror en la serranía sur. Cuenta con gente en varias poblaciones tales como La Petaca y Platanar de los Ontiveros, con presencia esporádica en los altos de Mazatlán, San Ignacio y Cosalá.
En El Rosario, en una mezcla de sicarios del narcotráfico y gavilleros consuetudinarios, otro grupo armado —en que participan Zetas y Nayaritas— esparce el terror entre los habitantes y los toma como rehenes para que participen en acciones delictivas. Se le fichó como un escuadrón de ejecuciones que cuida la zona para los Beltrán Leyva y su centro de actividad criminal está en el área circundante a la comunidad La Rastra.
Como en los setentas y ochentas que dominaron la sierra sinaloense, desde Escuinapa hasta Choix, las gavillas tienden a reaparecer en el mapa criminal de Sinaloa aunque con actividad criminal más intensa a la que mostraban hace más de dos décadas, destaca la Procuraduría de Sinaloa.
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