La
tarde del viernes 7 de noviembre del 2008 —tres días después del
accidente aéreo donde falleciera el entonces secretario de Gobernación,
Juan Camilo Mouriño—, fue detenido en un operativo de la Policía
Federal, en conjunto con el Ejército, Jaime González Durán, El Hummer;
tenía entonces 37 años.
Fue también un viernes, el 8 de octubre de 1971, cuando el humilde matrimonio de Eleuterio González y Sara Durán daba a luz, en medio de la Huasteca Potosina, a un varón al que llamarían Jaime y se uniría a sus hermanos Carlos Alberto y Hortensia. La comunidad de Xolmón, del municipio de Aquismón, ubicado a 318 kilómetros al este de la capital del estado, fue la cuna de uno de los fundadores más sanguinarios del grupo delictivo de Los Zetas.
Xolmón es una comunidad de casi 500 habitantes, su orografía es muy accidentada, ya que por este sitio atraviesa la sierra Madre Oriental, por lo que desde los primeros años de vida de Jaime González, las montañas y caminos sinuosos fueron su hogar.
La temperatura cálida y húmeda de Xolmón —llueve durante nueve meses, de marzo a noviembre— hace de estas tierras un lugar idóneo para la agricultura y el cuidado de ganado, principales actividades económicas de los habitantes, aunque lo accidentado del sitio no permite grandes extensiones de siembra, ya que la mayor parte del territorio es de selva mediana. En esta comunidad es tradicional que los menores de edad ayuden a sus padres en las labores del campo, incluida la caza de serpientes y venados, en un entorno donde prevalecen altos niveles de marginación y pobreza.
Para la década de los 70, en Aquismón era usual que la mayoría de los hogares tuvieran piso de tierra, en las comunidades como Xolmón esta condición era casi una generalidad, la mezcla cultural mestiza e indígena aún se mantiene en la región, donde habitan más de 25 mil personas de la etnia Tenek, las lenguas náhuatl y huasteca aún se utilizan cotidianamente entre la población.
En su juventud, González emigró al norte de su natal San Luís Potosí, ya que a la edad de 20 años solicitaría su inscripción a las Fuerzas Armadas, un 15 de noviembre de 1991, siendo aceptado en el Ejército y Fuerza Aérea con la matrícula militar B-8987689 tramitada en Salinas Victoria, Nuevo León. Su infancia en la sierra le ayudaría en la vida militar, donde recibió adiestramiento especializado por fuerzas estadunidenses y la Fuerza de Defensa Israelí, integrando el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), con la especialidad de localización, combate y aprehensión de miembros de los grupos de narcotraficantes, pero a los siete años, cuatro meses y nueve días de servicio desertó como soldado especializado, un 24 de febrero de 1999.
Al dejar las filas del Ejército, González, de 27 años, se uniría a Heriberto Lazcano Lazcano, de 24 años quien, a su vez, reportaba a Arturo Guzmán Decenas, de 23 años, (ex integrante de la Policía Judicial Federal, y cuyo nombre clave para comunicaciones radiales era “Z1”), para en conjunto, con otros 28 ex militares —31 integrantes en total—, formaran la escolta personal y brazo armado del recién asumido líder del cártel del Golfo Osiel Cárdenas Guillén, el cuerpo de élite de los militares desertores se llamaría Los Zetas.
Durante nueve años González, ya apodado El Hummer, serviría como sicario al cártel del Golfo bajo las órdenes de Heriberto Lazcano, una combinación de personalidades violentas a las que se les atribuyen los actos más sanguinarios como medida de control y que le abrió camino a El Hummer hasta convertirlo en jefe de plaza de Reynosa, Tamaulipas, desde donde controlaba las actividades delictivas del grupo de Los Zetas en al menos cinco entidades, incluyendo su natal San Luis Potosí.
Al líder delictivo se le atribuyen numerosos homicidios, entre los que destaca su presunta participación en el asesinato del cantante de música regional Valentín Elizalde Valencia.
Jaime González Durán no experimentaría la fractura entre el cártel del Golfo y Los Zetas, ocurrida años más tarde, el día de su detención contaba con uno de los arsenales más grandes hasta entonces incautados y esa misma tarde del 7 de noviembre de 2008, su guardia personal intentó frustrar, sin éxito, mediante una emboscada, el traslado de González Durán a la Ciudad de México.
Después de su arresto, Jaime González fue ingresado en el penal de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, donde purga una sentencia inicial de 35 años, que eventualmente la cumpliría hasta 2043 a una edad de 72 años.
Fue también un viernes, el 8 de octubre de 1971, cuando el humilde matrimonio de Eleuterio González y Sara Durán daba a luz, en medio de la Huasteca Potosina, a un varón al que llamarían Jaime y se uniría a sus hermanos Carlos Alberto y Hortensia. La comunidad de Xolmón, del municipio de Aquismón, ubicado a 318 kilómetros al este de la capital del estado, fue la cuna de uno de los fundadores más sanguinarios del grupo delictivo de Los Zetas.
Xolmón es una comunidad de casi 500 habitantes, su orografía es muy accidentada, ya que por este sitio atraviesa la sierra Madre Oriental, por lo que desde los primeros años de vida de Jaime González, las montañas y caminos sinuosos fueron su hogar.
La temperatura cálida y húmeda de Xolmón —llueve durante nueve meses, de marzo a noviembre— hace de estas tierras un lugar idóneo para la agricultura y el cuidado de ganado, principales actividades económicas de los habitantes, aunque lo accidentado del sitio no permite grandes extensiones de siembra, ya que la mayor parte del territorio es de selva mediana. En esta comunidad es tradicional que los menores de edad ayuden a sus padres en las labores del campo, incluida la caza de serpientes y venados, en un entorno donde prevalecen altos niveles de marginación y pobreza.
Para la década de los 70, en Aquismón era usual que la mayoría de los hogares tuvieran piso de tierra, en las comunidades como Xolmón esta condición era casi una generalidad, la mezcla cultural mestiza e indígena aún se mantiene en la región, donde habitan más de 25 mil personas de la etnia Tenek, las lenguas náhuatl y huasteca aún se utilizan cotidianamente entre la población.
En su juventud, González emigró al norte de su natal San Luís Potosí, ya que a la edad de 20 años solicitaría su inscripción a las Fuerzas Armadas, un 15 de noviembre de 1991, siendo aceptado en el Ejército y Fuerza Aérea con la matrícula militar B-8987689 tramitada en Salinas Victoria, Nuevo León. Su infancia en la sierra le ayudaría en la vida militar, donde recibió adiestramiento especializado por fuerzas estadunidenses y la Fuerza de Defensa Israelí, integrando el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales (GAFE), con la especialidad de localización, combate y aprehensión de miembros de los grupos de narcotraficantes, pero a los siete años, cuatro meses y nueve días de servicio desertó como soldado especializado, un 24 de febrero de 1999.
Al dejar las filas del Ejército, González, de 27 años, se uniría a Heriberto Lazcano Lazcano, de 24 años quien, a su vez, reportaba a Arturo Guzmán Decenas, de 23 años, (ex integrante de la Policía Judicial Federal, y cuyo nombre clave para comunicaciones radiales era “Z1”), para en conjunto, con otros 28 ex militares —31 integrantes en total—, formaran la escolta personal y brazo armado del recién asumido líder del cártel del Golfo Osiel Cárdenas Guillén, el cuerpo de élite de los militares desertores se llamaría Los Zetas.
Durante nueve años González, ya apodado El Hummer, serviría como sicario al cártel del Golfo bajo las órdenes de Heriberto Lazcano, una combinación de personalidades violentas a las que se les atribuyen los actos más sanguinarios como medida de control y que le abrió camino a El Hummer hasta convertirlo en jefe de plaza de Reynosa, Tamaulipas, desde donde controlaba las actividades delictivas del grupo de Los Zetas en al menos cinco entidades, incluyendo su natal San Luis Potosí.
Al líder delictivo se le atribuyen numerosos homicidios, entre los que destaca su presunta participación en el asesinato del cantante de música regional Valentín Elizalde Valencia.
Jaime González Durán no experimentaría la fractura entre el cártel del Golfo y Los Zetas, ocurrida años más tarde, el día de su detención contaba con uno de los arsenales más grandes hasta entonces incautados y esa misma tarde del 7 de noviembre de 2008, su guardia personal intentó frustrar, sin éxito, mediante una emboscada, el traslado de González Durán a la Ciudad de México.
Después de su arresto, Jaime González fue ingresado en el penal de El Altiplano, en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, donde purga una sentencia inicial de 35 años, que eventualmente la cumpliría hasta 2043 a una edad de 72 años.
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