miércoles, 14 de julio de 2010

Nuevo León: Con miedo, el encargado de "Gruas Monterrey"


Ante el hallazgo de fosas clandestinas y restos humanos calcinados en el patio de depósito de vehículos de la empresa Grúas Monterrey, la gerencia administrativa de esa institución privada se deslindó de toda responsabilidad sobre este suceso.

Juvencio Morales Hernández, encargado del corralón, informó que ignoraban la existencia de estas fosas, pero sí admitió que algunas personas con amenazas, en el sentido de que “si les dices a tus jefes te matamos”, con frecuencia entraban al lugar más apartado del grande patio.

“No, la verdad, no sabíamos lo que hacían, nos pedían que no nos acercáramos, porque también amenazaban con matarnos, así literalmente, matarnos si investigábamos lo que ellos hacían”, indicó.

Agregó que además, estas mismas personas han robado vehículos, aclarando que no son los que han participado en percances viales, sino aquellos que detienen las autoridades, particularmente federales y los dejan a su disposición.

“Bueno, mire usted, hay un buen número de automóviles que han sido robados y estaban a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR) y la gerencia de la empresa ha interpuesto las denuncias a las autoridades competentes”, precisó.

Juvencio Morales Hernández, quien trabaja al servicio de Grúas Monterrey cuya responsabilidad es atender el patio de depósito de vehículos, señaló que de acuerdo con el inventario, se han llevado más de 90 unidades y se han formulado las denuncias correspondientes.

Agregó que tiene temor por lo que pudiera ocurrirle, pues las amenazas que ha recibido por parte de las personas que penetran con mucha regularidad al área apartada donde aparecieron las fosas, es constante.

“Bueno, nos dicen que si decimos algo de lo que ellos hacen en ese lugar, nos quiebran y nos muestran las pistolas que traen en la cintura, como para que no tengamos dudas”, puntualizó.

Temeroso por lo que le pueda pasar, afirmó que él sabía que nada bueno estaban haciendo en el interior del corralón, pero tuvo que callar y hacerles caso porque de lo contrario se cumplirían las amenazas.

No quiso o no pudo explicar cómo son las personas que con frecuencia penetraban al lugar, de preferencia en las noches, para cavar las fosas y además utilizar los tambos en los que presuntamente se encontraron también restos humanos.

“Tuve que callar y lo mismo hicieron los que trabajan junto conmigo en estos corralones que sirven de patios para el depósito de vehículos chocados o de los que decomisan las autoridades”, apuntó Morales Hernández.

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