“El Talibán” enfrentó al “Z-40″ por haber ejecutado a su hijo

Iván Velázquez Caballero, Z-50, L-50 o El Talibán , de 42 años de edad, confesó, tras ser detenido por la Marina-Armada a finales de septiembre pasado, que él había empezado su carrera delictiva en las filas del “Cártel del Golfo” y que “nunca había dejado de pertenecer” a esa agrupación.
Atribuyó la autoría de las muertes de los meses anteriores en San Luis Potosí, a “Los Zetas”, de los que niega formar ya parte. Del mismo modo, rechazó haberse unido a “Los Caballeros Templarios” tras la separación y acepta que siempre ha sido del Cártel del Golfo. “Desde que empecé a trabajar, empecé con ellos”, aseguró.
Sobre su batalla que mantenía contra Miguel Ángel Treviño Morales “El Z-40″, explica que fue porque actuaba ya de una forma desequilibrada, “haciendo puros desmadres y asesinando a mucha gente”. Pero sobre todo, acusa a Treviño de haber matado a su hijo mayor, Carlos Velázquez.
Según Iván Velázquez, Treviño habría dado muerte a su vástago en Anáhuac, Nuevo León. Aunque reconoce que algunas personas le han comentado que su hijo podría aún estar vivo, pero dice no creerles. “Yo conozco bien a los Zetas, dicen que lo tienen vivo, igual que a un cuñado, pero no es así” mencionó.
Incluso –recalca- contar con información de la manera como fueron ejecutados, dice que ambos fueron quemados vivos en Monterrey. El levantón del hijo de ” Z-50″ fue uno de los motivos que acentuó el choque entre las facciones antes unidas de este y el “Z-40″.
Pero “El Talibán”, por quien la PGR ofrecía hasta 30 millones de pesos a quien colaborara en su captura, también sostenía un choque contra el grupo de “Los Zetas” que comandaba “El Lazca”, buscando ganar independencia y quedarse con el control de las entidades que le habían sido encomendadas por el propio Lazcano.
Toda esta situación provocó el regreso de Iván Velázquez con el “Cártel del Golfo”, específicamente con la facción de los Cárdenas Guillén, hasta que fue detenido por la Marina el 26 de Septiembre del 2012 en San Luis Potosí.
Versiones extraoficiales refieren que fue el propio Miguel Ángel Treviño quien habría entregado a las autoridades al Talibán y al menos una decena de líderes locales, con la intención de apoderarse de lo que quedaba de los Zetas en esa región.