El Gobierno del Estado mexicano de Michoacán, encabezado por Fausto Vallejo, que asumió funciones en febrero pasado, había retirado la escolta a María Santos Gorrostieta, exalcaldesa de Tiquicheo, asesinada la semana pasada a manos del crimen organizado después de haber sobrevivido en dos ocasiones, no sin sufrir graves heridas, a sendos atentados en su contra.
Vallejo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tomó posesión de la gobernatura el pasado 15 de febrero, desalojando del poder al izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), en el que militaba María Santos Gorrostieta.
“Conmigo nunca planteó una petición (de seguridad) sobre ese asunto ni conozco nada a ese respecto”, dijo a la prensa Jesús Reyna, secretario del Gobierno michoacano, al tratar de justificar el hecho de que fuera retirada la protección policiaca a la exedil.
Santos Gorrostieta fue alcaldesa de Tiquicheo entre 2008 y 2011. En octubre de 2009 atentaron contra su vida. A pesar de las heridas no murió, pero en aquel ataque falleció su esposo. Ella se recuperó y retomó sus labores en la alcaldía. El siguiente enero, en la fecha en que debía tener una reunión en la zona de Tierra Caliente, que incluye una región del colindante estado de Guerrero, volvieron a ir a por ella. De nuevo, de forma milagrosa, sobrevivió al ataque y a las heridas.
El domingo el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, exigió que se dé con el paradero de los asesinos de Santos Gorrostieta, y de igual manera demandó un deslinde de “la responsabilidad que pudo haber tenido el secretario de Gobierno al retirarle las escoltas o al no habérselas mantenido”.
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