Los narcotraficantes mexicanos se han extendido por todos los continentes, dominando la cadena de producción, distribución y venta de cocaína, advierte un análisis de Stratfor, empresa especializada en inteligencia.
Alerta que los cárteles mantienen el crecimiento de su poder y que operan para controlar los mercados que aún no poseen.
De acuerdo con el reporte, el tráfico de cocaína es el que les ha dado mayor fuerza económica a los grupos mexicanos que han incrementado su presencia desde Sudamérica, pasando por Europa y Australia, hasta África.
Respecto de Estados Unidos, Stratfor afirma que los cárteles han aumentado su presencia en puntos de distribución de ciudades como Atlanta, Chicago y Dallas.
Para el vicepresidente de Análisis de Stratfor, Scott Stewart, a pesar de dominar el mercado de la cocaína, el tráfico de mariguana y la producción de metanfetaminas todavía son una fuente importante de recursos para los cárteles.
“El tráfico de cocaína produce miles de millones de dólares que motivaron y financian la expansión global de los grupos mexicanos del crimen organizado, al permitirles comprar barcos y aviones, pagar contrabandistas y sicarios o sobornar a funcionarios de gobierno”, indica el informe de inteligencia.
La firma destacó que la situación actual es muy diferente a la de los años 70, cuando los cárteles mexicanos eran contratados por grupos colombianos o centroamericanos para pasar la cocaína a través de la frontera con Estados Unidos, y recibían un pago de unos mil 500 dólares por kilo.
Alerta crecimiento de mafia mexicana
Los cárteles mexicanos del narcotráfico son actualmente “los principales actores” en el comercio mundial de cocaína y trabajan por apoderarse de la parte que aún está fuera de su control, afirmó la empresa privada de análisis Stratfor.
Según la empresa especializada en inteligencia Stratfor, la economía del comercio de drogas explica el comportamiento de los cárteles mexicanos del narcotráfico y señaló que han buscado y logrado en gran medida controlar la producción, transportación y venta de la cocaína, una droga que adquieren en aproximadamente dos mil a dos mil 400 dólares por kilo en los países productores y venden por más de 24 mil dólares en Estados Unidos y hasta diez veces más en Australia o Asia.
De acuerdo con el análisis, los cárteles mexicanos tienen un creciente papel en el tráfico de cocaína de Sudamérica a Europa y Australia, han establecido presencia en África, Asia y los países europeos e intensificado esfuerzos en República Dominicana y Haití para incrementar su participación en el contrabando de drogas a través del Caribe hacia Estados Unidos.
En ese país, los cárteles mexicanos han incrementado su presencia en puntos de distribución como Atlanta, Chicago y Dallas.
Scott Stewart, vicepresidente de Análisis de Stratfor, recordó que los cárteles mexicanos son ante todo empresas comerciales y que ése es un factor de enorme importancia al examinar las motivaciones de esas organizaciones delictivas.
“Hay varios factores de negocio diferenciado que tienen un profundo impacto en el comportamiento de los cárteles”, puntualizó, al mencionar por ejemplo los ciclos de cultivo y cosecha de mariguana en la Sierra Madre Occidental o la industrialización de la producción de metanfetaminas.
Ambos son actividades que proporcionan fuertes ganancias a los cárteles, pero no tienen comparación con los beneficios del tráfico de cocaína.
“Mientras que las ventas de mariguana siempre han sido una importante fuente financiera para los cárteles mexicanos, los grandes beneficios del comercio de la cocaína son los que les han permitido ser tan poderosos como lo son hoy”, consignó.
De acuerdo con Stratfor, el tráfico de cocaína produce “los miles de millones de dólares” que motivaron y financian la expansión global de los grupos mexicanos del crimen organizado, al permitirles comprar barcos y aviones, pagar contrabandistas y “sicarios” o sobornar a funcionarios de gobierno.
La organización destacó que la situación actual es muy diferente a la de los 70, cuando los cárteles mexicanos literalmente eran contratados por grupos colombianos o centroamericanos para pasar la cocaína a través de las fronteras con Estados Unidos y recibían un pago de unos mil 500 dólares por kilo.
Actualmente, los grupos mexicanos se encuentran virtualmente en cada paso del comercio ilegal, de las regiones de cultivo de coca y especialmente en los corredores de transportación, entre ellos y su mercado de consumo.
“Con un modelo de negocio de venta de cocaína en más de diez veces el costo de adquisición –y aún mayor sobre el costo de producción– no es de extrañar que la competencia entre los diversos cárteles mexicanos por los corredores de contrabando a través de México a los Estados Unidos tienda a ser muy agresiva”, concluyó.
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