Francisco
Rafael Arellano Félix, el mayor de los hermanos Arellano Félix,
ejecutado la noche del viernes en Los Cabos, Baja California Sur, fue
asesinado por un hombre vestido de payaso, de acuerdo con fuentes
policiacas.
Según autoridades, en la actualidad no enfrentaba ninguna acusación penal.
Arellano Félix se encontraba en un festejo familiar en el salón de fiestas Ocean House del Hotel Marbella, a donde supuestamente un hombre llegó y le disparó en la cabeza y el tórax, aproximadamente a las 20:00 horas. Diversas versiones indican que el atacante llegó disfrazado de payaso.
El homicidio provocó una intensa movilización de elementos de los tres órdenes de Gobierno, incluido el Ejército, tras recibirse una llamada al servicio de emergencia.
Informes de la PGR, de la Procuraduría General de Justicia del Estado y de la Sedena indican que el fallecido portaba una credencial con el nombre de Francisco Arellano Félix.
Aunque no proporcionaron detalles, fuentes de la Procuraduría General de Justicia en Baja California Sur confirmaron el hecho y agregaron que el cuerpo fue identificado ayer sábado por uno de los hijos de Arellano Félix.
En el Servicio Médico Forense se determinó que Francisco Rafael Arellano falleció por un impacto de bala en la cabeza.
Los médicos legistas señalaron que la causa de muerte fue traumatismo craneoencefálico severo secundario a herida producida por proyectil de arma de fuego.
Desde el viernes por la noche varias personas fueron trasladadas para rendir su declaración como testigos presenciales de los hechos. Fuentes extraoficiales afirman que en la fiesta se encontraban destacadas personalidades del mundo deportivo.
Francisco Rafael había cumplido las condenas que le fueron impuestas en México y Estados Unidos y en la actualidad no enfrentaba ninguna acusación penal.
Autoridades federales informaron que el homicidio es investigado por la Procuraduría General de Justicia del estado de Baja California Sur, debido a que se trata de un delito del fuero común, por lo que ya se busca al o a los presuntos responsables.
El occiso fue detenido en 2006, extraditado y sentenciado a seis años de prisión en Estados Unidos, tras declararse culpable de la venta de cocaína a un agente encubierto en 1980, sin embargo el 4 de marzo de 2008 le otorgaron su libertad por buena conducta y fue repatriado a México por Ciudad Juárez, fecha desde la cual no existe registro alguno de que estuviera involucrado en actividades ilícitas.
Antes había sido sentenciado a diez años y tres meses de cárcel en el penal federal de alta seguridad del Altiplano en Almoloya de Juárez, Estado de México, por los delitos de narcotráfico y portación ilegal de armas.
En los noventa el Gobierno de Estados Unidos calificaba a los hermanos Arellano Félix de “criminales apuestos, multimillonarios y despiadados”. En California decían que Ramón, Francisco Rafael, Benjamín y Francisco Javier vestían y hablaban bien, andaban con esmoquin y sólo por su presentación se les abrían muchas puertas.
Francisco Rafael solía publicar desplegados en el periódico El Noroeste, de Culiacán, en los que se decía “creyente en Dios sin ser un tragasantos”; también escribía que el puerto de Mazatlán sería otro si tuviera 10 empresarios tan emprendedores como él. Era propietario de Frankie Oh, una de las discotecas “más grandes y costosas del mundo”.
Según autoridades, en la actualidad no enfrentaba ninguna acusación penal.
Arellano Félix se encontraba en un festejo familiar en el salón de fiestas Ocean House del Hotel Marbella, a donde supuestamente un hombre llegó y le disparó en la cabeza y el tórax, aproximadamente a las 20:00 horas. Diversas versiones indican que el atacante llegó disfrazado de payaso.
El homicidio provocó una intensa movilización de elementos de los tres órdenes de Gobierno, incluido el Ejército, tras recibirse una llamada al servicio de emergencia.
Informes de la PGR, de la Procuraduría General de Justicia del Estado y de la Sedena indican que el fallecido portaba una credencial con el nombre de Francisco Arellano Félix.
Aunque no proporcionaron detalles, fuentes de la Procuraduría General de Justicia en Baja California Sur confirmaron el hecho y agregaron que el cuerpo fue identificado ayer sábado por uno de los hijos de Arellano Félix.
En el Servicio Médico Forense se determinó que Francisco Rafael Arellano falleció por un impacto de bala en la cabeza.
Los médicos legistas señalaron que la causa de muerte fue traumatismo craneoencefálico severo secundario a herida producida por proyectil de arma de fuego.
Desde el viernes por la noche varias personas fueron trasladadas para rendir su declaración como testigos presenciales de los hechos. Fuentes extraoficiales afirman que en la fiesta se encontraban destacadas personalidades del mundo deportivo.
Francisco Rafael había cumplido las condenas que le fueron impuestas en México y Estados Unidos y en la actualidad no enfrentaba ninguna acusación penal.
Autoridades federales informaron que el homicidio es investigado por la Procuraduría General de Justicia del estado de Baja California Sur, debido a que se trata de un delito del fuero común, por lo que ya se busca al o a los presuntos responsables.
El occiso fue detenido en 2006, extraditado y sentenciado a seis años de prisión en Estados Unidos, tras declararse culpable de la venta de cocaína a un agente encubierto en 1980, sin embargo el 4 de marzo de 2008 le otorgaron su libertad por buena conducta y fue repatriado a México por Ciudad Juárez, fecha desde la cual no existe registro alguno de que estuviera involucrado en actividades ilícitas.
Antes había sido sentenciado a diez años y tres meses de cárcel en el penal federal de alta seguridad del Altiplano en Almoloya de Juárez, Estado de México, por los delitos de narcotráfico y portación ilegal de armas.
En los noventa el Gobierno de Estados Unidos calificaba a los hermanos Arellano Félix de “criminales apuestos, multimillonarios y despiadados”. En California decían que Ramón, Francisco Rafael, Benjamín y Francisco Javier vestían y hablaban bien, andaban con esmoquin y sólo por su presentación se les abrían muchas puertas.
Francisco Rafael solía publicar desplegados en el periódico El Noroeste, de Culiacán, en los que se decía “creyente en Dios sin ser un tragasantos”; también escribía que el puerto de Mazatlán sería otro si tuviera 10 empresarios tan emprendedores como él. Era propietario de Frankie Oh, una de las discotecas “más grandes y costosas del mundo”.
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