Chicago.-
Un reconocido lugarteniente del recientemente capturado capo mexicano
Joaquín El Chapo Guzmán indicó hoy miércoles en un tribunal de Estados
Unidos que va a cambiar su declaratoria a culpable en un caso por
conspiración para traficar droga por mil millones de dólares que según
los fiscales fue planeada por su infame jefe.
La decisión de Alfredo Vásquez Hernández, quien compareció de pie en el tribunal con las piernas encadenadas y escuchaba a un intérprete a través de un auricular, se produce días después de que Guzmán fue arrestado en México tras una cacería humana de más de una década.
Sin embargo, la captura de Guzmán no influyó en el cambio de decisión de Hernández, dijo el abogado defensor Paul Brayman a reporteros fuera de la corte. Ni los fiscales ni el juez de distrito Rubén Castillo mencionaron a Guzmán durante la audiencia de 10 minutos.
Los fiscales estadunidenses en Chicago acusaron a Guzmán, Hernández y otras ocho personas en 2009 de usar lanchas, submarinos y hasta un avión de carga para transportar drogas de Sudamérica a México, y de ahí a Estados Unidos.
Hernández, quien fue extraditado de México a Chicago en 2012, fue uno de los jefes de logística del cártel de Sinaloa, y en ocasiones ayudaba a organizar los envíos de cocaína y otras drogas desde México hacia Chicago, de acuerdo con documentos judiciales presentados por el gobierno.
Castillo programó una audiencia el 7 de marzo para que Hernández cambie su declaratoria a culpable. Su petición no es parte de ningún acuerdo con el gobierno, por lo que los fiscales no le prometieron ningún beneficio.
Las autoridades estadunidenses han dicho que Guzmán convirtió a Chicago en un importante centro de distribución para su cártel de Sinaloa, al explotar la extensa red de trenes, aeropuertos y autopistas de la ciudad para transportar narcóticos a otros lugares del país.
Entre los otros acusados en la conspiración están el aún fugitivo líder del cártel de Sinaloa Ismael Zambada, así como su hijo Vicente Zambada.
Vicente, el hijo, fue arrestado en la Ciudad de México en 2009 y extraditado a Chicago en 2010 bajo la misma acusación. Está a la espera del comienzo de su juicio.
Una de las denuncias de los fiscales en Chicago es que Guzmán y varios de sus socios discutieron perpetrar ataques contra instalaciones estadounidenses o mexicanas en México para expresar su rechazo a la extradición de los miembros del cártel a Estados Unidos.
Chicago es una de las siete ciudades de Estados Unidos donde Guzmán ha sido encausado, y los funcionarios federales habían dicho mucho antes de la captura de Guzmán que querían que se enfrentara algún día a los tribunales en Chicago.
Las autoridades mexicanas acusaron formalmente a Guzmán después de su captura, en una señal de que quieren tener la prioridad para procesarlo.
La Comisión contra la Delincuencia de Chicago nombró a Guzmán el Enemigo Público No. 1 de la urbe el año pasado, al tiempo que informó que su cártel suministraba la mayor parte de las drogas ilegales que se vendían en la ciudad.
La única otra persona con esa etiqueta tristemente célebre fue Al Capone, que se la ganó en 1930, en el punto más álgido de las guerras de la mafia durante la Prohibición.
La decisión de Alfredo Vásquez Hernández, quien compareció de pie en el tribunal con las piernas encadenadas y escuchaba a un intérprete a través de un auricular, se produce días después de que Guzmán fue arrestado en México tras una cacería humana de más de una década.
Sin embargo, la captura de Guzmán no influyó en el cambio de decisión de Hernández, dijo el abogado defensor Paul Brayman a reporteros fuera de la corte. Ni los fiscales ni el juez de distrito Rubén Castillo mencionaron a Guzmán durante la audiencia de 10 minutos.
Los fiscales estadunidenses en Chicago acusaron a Guzmán, Hernández y otras ocho personas en 2009 de usar lanchas, submarinos y hasta un avión de carga para transportar drogas de Sudamérica a México, y de ahí a Estados Unidos.
Hernández, quien fue extraditado de México a Chicago en 2012, fue uno de los jefes de logística del cártel de Sinaloa, y en ocasiones ayudaba a organizar los envíos de cocaína y otras drogas desde México hacia Chicago, de acuerdo con documentos judiciales presentados por el gobierno.
Castillo programó una audiencia el 7 de marzo para que Hernández cambie su declaratoria a culpable. Su petición no es parte de ningún acuerdo con el gobierno, por lo que los fiscales no le prometieron ningún beneficio.
Las autoridades estadunidenses han dicho que Guzmán convirtió a Chicago en un importante centro de distribución para su cártel de Sinaloa, al explotar la extensa red de trenes, aeropuertos y autopistas de la ciudad para transportar narcóticos a otros lugares del país.
Entre los otros acusados en la conspiración están el aún fugitivo líder del cártel de Sinaloa Ismael Zambada, así como su hijo Vicente Zambada.
Vicente, el hijo, fue arrestado en la Ciudad de México en 2009 y extraditado a Chicago en 2010 bajo la misma acusación. Está a la espera del comienzo de su juicio.
Una de las denuncias de los fiscales en Chicago es que Guzmán y varios de sus socios discutieron perpetrar ataques contra instalaciones estadounidenses o mexicanas en México para expresar su rechazo a la extradición de los miembros del cártel a Estados Unidos.
Chicago es una de las siete ciudades de Estados Unidos donde Guzmán ha sido encausado, y los funcionarios federales habían dicho mucho antes de la captura de Guzmán que querían que se enfrentara algún día a los tribunales en Chicago.
Las autoridades mexicanas acusaron formalmente a Guzmán después de su captura, en una señal de que quieren tener la prioridad para procesarlo.
La Comisión contra la Delincuencia de Chicago nombró a Guzmán el Enemigo Público No. 1 de la urbe el año pasado, al tiempo que informó que su cártel suministraba la mayor parte de las drogas ilegales que se vendían en la ciudad.
La única otra persona con esa etiqueta tristemente célebre fue Al Capone, que se la ganó en 1930, en el punto más álgido de las guerras de la mafia durante la Prohibición.
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