
Motivado
por una rivalidad interna y por la esperanza de evitar una sentencia de
cadena perpetua, Rafael Cárdenas Vela, sobrino del ex jefe del cártel
del Golfo Osiel Cárdenas Guillén, declaró que ha estado cooperando con
las autoridades estadounidenses desde que fue detenido en octubre.
Cárdenas
Vela dejó en claro a los miembros del jurado que espera que su
cooperación, que incluye entrevistas semanales a lo largo de varios
meses, se traduzca en menos tiempo en la cárcel. También dijo que no
tiene reparos en declarar contra Juan Roberto Rincón Rincón, otro
miembro del cártel que estaba en el bando opuesto de una división
interna y que es acusado de asociación delictuosa para poseer e importar
cocaína y mariguana.
Cárdenas Vela
se declaró culpable de un cargo de asociación delictuosa para poseer y
distribuir cocaína y mariguana en marzo, a cambio de que el Gobierno
retirara los cargos de lavado de dinero y de inmigración. Está a la
espera de una sentencia que podría ser de entre 10 años de cárcel y
cadena perpetua.
Durante los tres días de testimonio, Cárdenas Vela ha expuesto una década de jerarquía y transición en el Cártel del Golfo.
Cárdenas
Vela dijo que Rincón Rincón era un guardaespaldas y jefe de plaza leal a
Jorge Eduardo Costilla Sánchez, también conocido como “El Coss”, quien
se hizo cargo del cártel después de que Guillén fue capturado. Aunque
Cárdenas Vela siguió ascendiendo bajo el mando de Costilla, y controlaba
un lucrativo territorio en la frontera entre México y Estados Unidos,
sintió que Costilla tenía favoritos y no lo apoyaba.
Además,
Cárdenas Vela sospechaba que su nuevo jefe estuvo involucrado en la
muerte de otro narcotraficante que figuraba entre los líderes de la
organización, Antonio Cárdenas Guillén, abatido en un tiroteo contra
efectivos de la Marina de México en noviembre de 2010.
“Fue su culpa (de Costilla) que lo mataran”, dijo el detenido.
Cárdenas
Vela creía que Costilla le estaba tendiendo una trampa para su caída a
principios de 2011, cuando se hizo cargo del territorio de Matamoros
para el cártel.
Dijo que como no podía encontrar un lugar seguro
para esconderse, debido a que el Ejército estaba constantemente tras su
rastro, decidió cruzar a Estados Unidos en mayo de 2011.
Después
de octubre, cuando arrestaron a Cárdenas Vela en Port Isabel en su
camino a South Padre Island, donde había estado escondido, aseguró a los
agentes federales que les ayudaría a encontrar a Costilla.
Marinos arrestaron a Costilla a principios de este mes en el puerto de Tampico.
Debido
a la experiencia y responsabilidad que tuvo en el cártel, Cárdenas Vela
brindó a las autoridades estadounidenses una descripción detallada de
las operaciones del grupo, desde la construcción de pistas rurales de
aterrizaje para aviones cargados de cocaína hasta el pago de sobornos a
agentes policiales.
Cuando estableció la plaza de San Fernando
para el cártel en 2001, llegó con 10 mil dólares y con algo más
importante, el respaldo de Osiel Cárdenas Guillén.
“Cuando llegué,
lo hice paso a paso”, dijo Cárdenas Vela en referencia a una serie de
reuniones con la Policía y la prensa local.
Richard Zayas, abogado
de Rincón Rincón, le preguntó a Cárdenas Vela cuánto tiempo le llevó
controlar a la Policía de caminos, la Policía estatal, la Policía
Preventiva, el Ejército, la Marina, y las desnudistas que le pasaban
información de sus clientes.
“Menos de 10 días”, contestó Cárdenas Vela.
Los
fiscales utilizaron el testimonio de Cárdenas Vela, sobre las
responsabilidades y operaciones de un jefe de plaza, a fin de sentar las
bases para las declaraciones vespertinas de parte de agentes de la
Patrulla Fronteriza.
Los agentes testificaron sobre incautaciones
de más de una tonelada de mariguana que hicieron en Texas, cerca de la
frontera, en septiembre y octubre de 2011, cuando Rincón Rincón era
supuestamente el jefe de plaza para el cártel en el municipio de Río
Bravo, Tamaulipas.
El abogado de Rincón Rincón insistió en que su
representado no estaba presente cuando las drogas fueron incautadas en
Texas, pero los fiscales alegaron que los estupefacientes no hubieran
pasado por el territorio sin su aprobación o sin que mediara alguna
forma de pago.